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RECIEN CASADA COMO ME HICE ADICTA A LA VERGA DE DON RAUL ( CON fotos)

Relato enviado por : pielkanela el 26/03/2023. Lecturas: 36430

etiquetas relato RECIEN CASADA COMO ME HICE ADICTA A LA VERGA DE DON RAUL ( CON fotos)   Infidelidades .
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Resumen
Recién Casada un tipo gordo y feo me da las mejores cogidas de mi vida, con su enorme verga, mientras mi esposo esta de viaje. Y me hace adicta a ser Infiel


Relato

Mi nombre es Angélica tengo 24 años y hace 10 meses que estoy casada con Ernesto el tiene 26 años es un hombre muy guapo por eso me case con él, yo soy una chica delgada mido 1.65, morena clara, pero si se podría decir que soy una chica bonita y de buen cuerpo un trasero parado y firme y mi delantera aunque no grandes pero si firmes y paradas, y piernas torneadas y muy firmes.

Recuerdo cuando yo estudiaba no falto un chico pelado que me dijera algo acerca de mis trasero o de mis piernas, pues me gustaba usar minifaldas bueno siempre he sido una chica que le ha gustado vestir sexy si llegar a lo vulgar, por algo Ernesto se fijo en mí y me hizo su esposa.

Nos conocimos mediante un amigo de él de la universidad en una salida que tuvimos y él lo invito después de eso Ernesto y yo no empezamos tratarnos más y nos hicimos novios.

Bueno Ernesto es Ingeniero Civil y trabaja en una empresa Constructora, lleva menos de 1 año trabajando ahí por eso no tuvimos oportunidad de hacer ningún viaje en nuestra boda así que después de nuestra boda nos vinimos a vivir a una casa que le rentaban en el trabajo, por cierto algo grande y con alberca.

Me hizo el amor esa noche y me sentí muy bien porque antes de casarnos no lo habíamos hecho y fue mi primera vez y todo eso fue lo que me hizo muy dichosa esa noche.


Desde ahí hasta la fecha Ernesto siempre me hace el amor de la misma forma con la misma pose del misionero y tampoco me hace propuestas de hacer el sexo oral u otras cosas pues él es un hombre que esas cosas se le hacen obscenas y que solo lo hacen las prostitutas o las mujeres fáciles, algo que no me disgustaba pues me sentía llena y complacida por lo que Ernesto me hacía en la cama y también por que no conocía un nuevo mundo del que ahora conozco hace diez meses y es la historia que les relatare que comenzó hace un mes.

Ernesto por ser Ingeniero, de una constructora y por tener poco tiempo en el, tenía mucho trabajo y por el puesto que tenia, viajaba mucho fuera de la ciudad, y nuestra vida de recién casado era fabulosa en un principio, me hacía el amor todos los días y yo fascinada de ser la mujer del hombre de mis sueños, pero como les dije anteriormente solo lo hacía en la posición de misionero, yo por la educación tan estricta que mis padres me dieron antes de casarme no tuve mucha vida social hasta que conocí a mi marido.

Él como yo pues nos guardamos hasta casarnos para tener sexo, todo iba muy normal, hasta que una tarde me comenta Ernesto que tenía que prestarle un pequeño cuarto que había en el área de servicio muy cerca de la alberca a un Maestro de obra que había venido a trabajar por parte de la constructora a la ciudad y era muy allegado a los patrones de la empresa así qué no tuvimos mucha opción ya que prácticamente le prestaban la casa y no cobraban mucha renta por ella.

El tipo que llevo Ernesto a la casa se llama Raúl un tipo de 50 años maduro de 1.70 de estatura, de piel morena y complexión media, con algo de barriga y con una cara recia de pocos amigos, en fin un tipo muy “X”, y la verdad desde que llego Don Raúl como yo le decía, me sentía un poco incomoda el tener un extraño en casa, aunque en cierta forma no me desagrado mucho la idea de que alguien más viviera en esta casa tan grande para no sentirme tan desprotegida cuando Ernesto salía de viaje, al fin sentía como si mi padre viviera en casa.

Pasaron los días y poco a poco le restaba importancia al hecho de que Don Raúl vivía en nuestra casa, ya que casi la mayoría del día estaba en la obra trabajando solo los fines de semana estaba todo el día en casa ya que él no era de la ciudad, y aprovechaba para hacer uno que otro arreglo a la casa por encargo de los patrones, así que siempre lo veía de un lado a otro haciendo reparaciones.

Y todo comenzó cierto fin de semana en verano esos días en los que hace un calor infernal, mi marido y yo quisimos aprovechar la alberca juntos a lo que decidimos invitar a unos amigos del trabajo de Ernesto para disfrutar una tarde y hacer una parrillada, ese día me sorprendió Ernesto al pedirme que me luciera un bikini que tenia para usar en nuestra luna de miel y como no lo había estrenado era la ocasión para hacerlo no era cosa del otro mundo pero en el lucia perfectamente mis piernas mi cintura y mi culo redondito.

Obviamente dentro de los invitados estaba don Raúl, quien se acomidió a preparar la parrillada, y lo que escuche en esa tarde me perturbo de sobre manera en los días siguientes, al estar mi esposo platicando con sus amigos logre escuchar una plática muy subida de tono en la cual se referían a don Raúl como un tipo súper mujeriego y que volvía locas a las mujeres ya que al parecer la tenía como burro según alcance escuchar, paso la tarde y todos nos divertimos muy a gusto, ya en la noche no pude evitar comentarle a Ernesto lo que había escuchado de don Raúl, y soltó una carcajada diciéndome.

E – Y ya te imaginaras porque le decimos el burro.
A – Yo guarde silencio y en tono de pregunta exclame. ¡Que la Tiene muy Grande! y Ernesto siguió riéndose mientras respondía con la cabeza que si, y dijo. Solo espero nunca lo averigües y soltó más la carcajada. Por mi cabeza nunca imaginaria engañar a mi marido y menos con un tipo como don Raúl.
A la semana siguiente una noche mirando por la ventana vi llegar a don Raúl acompañado de una mujer alrededor de unos 30 años, y tan pronto lo vi, le comenté a mí esposo.

A – Que poca vergüenza de don Raúl que ha traído a una tipa con él, a lo que mi marido respondió.
E – Seguro se la va a coger hasta acá se van a oír los gritos ya verás, y soltó una carcajada.
Eso me incomodo, y si al poco rato se alcanzaban a escuchar los gemidos de aquella mujer, a lo que mi marido solo comento.

E – Valla ese don Raúl sí que es toda una semental semejante cogida le estará dando a esa mujer.
Así pasaron los días y don Raúl siguió llevando a mujeres a su cuarto, hasta que cierta noche vi que esa vez llego con una chica mucho menor que él, es más pude ver que esa chica no podría rebasar mi edad, viejo verde pensé entre mi, como era posible que una chica tan joven se acostara con un tipo mayor y entonces me entro la curiosidad.


Aproveche que esa noche mi marido no estaba en casa y lo que hice posteriormente dio un giro de 360° a mi vida. Decidí ir mas allá de lo que miraba por mi ventana, baje y me dirigí hacia el cuarto y al acercándome escuchaba más y más los gemidos de aquella chica, llegue a la ventana y por una orilla logre mirar como don Raúl le estaba haciendo un oral a la chica.

Logre ver como don Raúl con destreza chupaba y tocaba a la chica y esta se retorcía de placer y gritaba mas y mas, no sé que me sucedió pero sentí como un rayo en mi estomago y empecé a sudar y mi corazón empezó palpitar más rápido, mes estaba calentando con aquella escena, pero cuál fue mi sorpresa cuando don Raúl le exigió a la chica que le chupar su verga, saco de entre sus ropas una verga descomunal no podía creer lo que estaba viendo, era la verga más grande y gorda que había visto.

Veía como esa chica disfrutaba de chupar y chupar, esa verga que apenas cabía en su boca, fue entonces que Salí de mi trance cuando don Raúl mira hacia la ventana, yo solo corrí y no supe si me había visto espiándolo.

Ya en mi recamara y ya un poco más fría y ya mas despejada me dispuse a dormir… fue entonces… cuando eran como las 5 de la madruga cuando desperté drásticamente de la cama agitada y con una excitación especial sudada, pues estaba soñando lo que nunca pude yo imaginar que soñaría soñaba que estaba en la cama con don Raúl disfrutando de un rico sexo oral y que me ponía a mamarle la verga, que me tenía solo en una diminuta tanga comiéndome su verga y diciendo muchas palabras obscenas.

Mámamela puta, sabía que te gusto mi verga por eso me estabas espiando… ahora es toda para ti cométela.
Y yo gozaba estar chupando ese pedazo de miembro
Me pare de la cama y me fui hacia la cocina a tomar un poco de agua estuve ahí un rato recordado aquel sueño como era posible que yo estaba deseando soñando estar en el lugar de aquella chica mamándole la verga aquel tipo extraño que me había asustado mucho como podía yo haber soñado eso estaba engañando a mi marido pero a la vez me había gustado me sentía confundida no sé lo que me pasa como yo habría soñado algo que me parecía asqueroso pero que ahora ya no tanto pues me había excitado y mojado.

Al día siguiente cuando llego Ernesto me dijo que tendría que salir de la ciudad un par de semanas para ir a supervisar una obra, y los días siguientes no podía quitarme de la cabeza aquel sueño que tuve con don Raúl, y me daba vueltas en la cabeza la idea de que me allá visto espiándolo.

Pasaron un par de días cuando me tope a don Raúl en el cuarto de lavado él estaba terminando de lavar su ropa cuando llegue y tan pronto me miro cogió sus cosas para retirarse cuando paso cerca de mí me pregunto por mi marido.


¿R – ¿Buenos días, a qué hora llega Ernesto quiero ponerme de acuerdo para unos arreglos que voy hacer en la casa?
A – Que no sabe que mi marido ha salido fuera de la ciudad a supervisar una obra.
R – Y cuando regresa?
A – Se fue ayer, y al parecer regresa en dos semanas.
R – Diablos me urgía verlo lo buscare por celular para preguntarle, gracias Sra.
Se dio la vuelta y me dijo que iba a comprar unas cosas y regresaba. Ese día hacía un calor infernal, y la verdad y como vi que salió Don Raúl me vino la idea de disfrutar la alberca toda la tarde, así que me di prisa en mis quehaceres del hogar, para poder tomar un rato el sol y aprovechar que estaba sola por el resto de la tarde, bueno eso pensé.

Ya como a las 12 del mediodía, en casa ya no aguantaba el calor, ni las ropa que tenía, y pensé en subir a mi recamara a ponerme algo más ligero, cuando por la ventana de la cocina, vi una silueta y en efecto era Don Raúl que estaba en la terraza, cortando y arreglando el jardín, y como si nada de repente se quitó la camisa y pude ver que sudaba como un animal, y con la panza que tenía ya se imaginaran el espectáculo tan grotesco que está viendo, me quede un rato observándolo y me decía, como era posible que un tipo tan feo, sin ningún chiste fuera un semental con las mujeres, bueno su enorme verga compensaba todo lo anterior supongo.

Me compadecí un poco de ese tipo y Salí a ofrecerle una cerveza fría la cual acepto de maravilla.

A – Don Raúl gusta una cerveza bien fría.
R – Claro doñita está haciendo un calor infernal aquí afuera.
A – Hay don Raúl no me diga doñita que me hace sentir vieja y fea.
R – Ud. perdone Sra. Angélica.
A – Quiétele también lo de señora y déjelo solo en Angélica.
R – Está bien Angélica, para nada que eres vieja y fea, al contrario, eres una mujer muy guapa y estas rebuena….
A – Queeee..
R – Perdón señito, digo perdón sra, digo Angélica, ya no sé lo que digo…. Perdón.
A – Ya déjelo Así mejor.
Me di la media vuelta y regrese a la cocina cuando me pregunto don Raúl.

¿R – Angélica, así que la dejaron solita todos estos días?
A – Siii, como ve don Raúl, muy solita y le sonríe.
A lo que le viejo a provecho para seguir platicando.

R – Oiga Angélica, y no le da miedo quedarse sola.?
A – No por qué. Ud. está aquí, jajajaja
R – Pero digo que tal si cuando no este yo, entre un hombre malo, y quiera aprovecharse de ud.
A – Aprovecharse de mí?
R – Sí que tal que, entre un pervertido, y vea lo rica y deliciosa que es uds, y quiera follarla.
Ya veía con esas preguntas a donde quería llegar este viejo con la plática, así que decidí seguirle el juego.

Huy don Raúl a estas alturas que un tipejo quiera follarme, tendría que ser con mi consentimiento, no cree. Y me le quede viendo a ver como reaccionaba con mi respuesta.

Y regrese a mi casa y camine lo más coquetamente que pude, moviendo mis caderas de más.

Ya dentro de mi casa por la ventana de la cocina, pude ver a don Raúl tomar la manguera del agua y se empezó a empapar todo el cuerpo para aminorar el calor del medio día. Empecé a sentir húmeda mi entrepierna y fue cuando empezó todo, no se de dónde me llego la idea y de lo que quería que pasará esa tarde.

Subí a mi recamara a ponerme algo más ligero, así que me puse el short cachetero que muy pobremente alcanza a medio tapar mis grandes nalgas con ese shortcito mi marido dice que se ve muy rico mi culito redondito, y con unas sandalias de piso mis piernas lucen exquisitas, en la parte de arriba me puse el brasier de mi bikini y una blusa muy trasparente, esa prendas están de infarto así que esa tarde me propuse jugar un poco con el viejo de don Raúl, y ver hasta dónde podría llegar ese viejo rabo verde.

Volví a observar a mi inquilino a través de la ventana de la cocina y este seguía con sus labores en el jardín, y mi cabeza me daba mil vueltas, como podría estar pensando en otro hombre, si estaba recién casada y mi esposo era mi todo, lo amo de verdad, en algún momento pensé en no hacer nada y regresar a mi rutina de ama de casa, pero algo dentro de mi cuerpo me impulso a seguir adelante con mi jugueteo total yo tengo el control y podía parar cuando yo quisiera, bueno eso fue lo que yo pensé, pero la realidad fue otra.

Tome otra cerveza para llevársela a don Raúl que estaba de espaldas hacia mí, cuando me acerque y volteo, puso los ojos como platos me miro de abajo hacia arriba pero lentamente, como observando cada centímetro de mi cuerpo, lo hizo dos veces sin decir palabra, estaba como hipnotizado no quitaba su mirada de mis piernas, y yo las moví coquetamente levantando los talones para que las apreciara mejor, cuando lo saque de su trance y le dije….

A – Quiere otra cerveza el calor esta insoportable.
Me acerque y tome la manguera y como don Raúl empecé a refrescarme como si fuera una niña, primero empecé por mis piernas y don Raúl podo ver como el agua se deslizaba a lo largo de mis piernas, después dirigí la manguera a mis nalgas y las empecé a mojar, lentamente levante aún más mi short de por si era corto, al hacerlo don Raúl pudo ver totalmente mis nalgas y disfrutaba como el agua las empapaba, de reojo vi la mirada lujuriosa de mi inquilino, pero no dijo nada.

A – Que calor hace, aquí afuera es un infierno.
Y me recosté en un camastro cerca de la alberca a tomar el sol y mi inquilino seguía en su labor de jardinería, tome mi bronceador y empecé a untarlo en mi piel empezando lentamente por mis piernas, podía sentir la mirada lujuriosa de don Raúl, e imaginaba que en cualquier momento se abalanzaría sobre mí y me cogería a su antojo, pero el solo me observaba sin decir nada.

Fue entonces que Don Raúl me hizo la siguiente petición.

R – Sra Angélica….
A – En qué quedamos.?
R – Perdón Angélica, sería mucho mi atrevimiento y si no tiene inconveniente podría darme un chapuzón en la alberca.
A – Claro adelante, hace mucho calor y le caería bien una refrescada, se lo tiene muy merecido por tanto trabajo que ha hecho en el jardín.
Eso le dije, Bajándome mis lentes de sol y echándole una mirada de reojo.

Recosté y voltee mi cabeza al lado contrario de la alberca y al poco rato solo escuche el chapoteo del clavado que hizo don Raúl, escuchaba sus brazadas al nadar, y eso medio me arrulló, cuando estaba a punto de quedarme media dormida, escuche.

R – Angélica hace muchísimo calor y el agua está muy rica porque no viene a nadar un rato.
Voltee y solo veía la cabeza y un poco el torso de don Raúl, y la verdad a esas hora el calor era infernal, y me dije porque no, después de todo quien se enteraría, y nadie nos podía ver, las bardas de la casa eran muy altas y había malla sobre ellas lo cual daba total privacidad al interior de la casa, jardín y terraza, me levante, y también de un clavado entre a la alberca, y Dios qué rica estaba el agua.

Nade hasta el otro lado de la alberca y cuál fue mi sorpresa que me percate que don Raúl se había metido a la alberca totalmente desnudo el muy cabrón, y como si nada, nadaba de un lado a otro, yo no me moví ni un centímetro, no sabía qué hacer, como era posible que yo una mujer recién casada estuviera en un alberca con hombre desnudo que no era mi esposo, me puse muy nerviosa, cuando don Raúl pasaba muy cerca de mí.

R – Angélica te metiste con todo y ropa a la alberca, pensé que usaría aquel diminuto bikini que uso el día de la carne asada.
Pensando en que responderle me quede callada un rato.

A – Si verdad. Lo que pasa es que no me puse el bikini y solo tengo mi ropa interior.
R – Jajajaja hágale como yo Angélica, estoy como Dios me trajo al mundo.
A – Hay que vergüenza, como cree, que voy a meterme a una alberca desnuda y con un hombre desconocido.
R – Pero Angélica yo no soy ningún desconocido.
A – Ya lo sé, pero cree correcto que una mujer recién casada este desnuda en una alberca con un hombre que no es su marido.
R – Joajana, no sé si sea correcto o no, pero tiene razón no creo que sea lo correcto, pero además no creo que una damita como usted se atreva a tanto y quiera experimentar la adrenalina de lo prohibido.
A – ¿Que no cree que sea capaz, no cree que me anime, o porque lo dice?
R – Porque U. es una damita bien, recién casada. pero;
A – Pero ¿qué? Diga el pero
R – No olvídelo era…
A – Crees que no me atrevo ¿eso es? Pues mira.
En ese momento no sé porque me quite el short y la blusa y me queda solo con mi tanga,
R – Casi se anima ceñito.
A – Casi, mira, entonces me quite mi tanga y no sé porque se la avente y le cayó en su cara. Jojana
Y ahí estaba quien sabe cómo o porque, o más bien si sabía porque, pero no quería darme cuenta, estar desnuda en la alberca con un hombre desnudo que no era mi esposo y aparte a solas, pero la situación más que incomodarme, no sé qué me paso, pero me sentí bien digamos que hasta liberada, y con confianza, a pesar de saber que don Raúl era un semental en cierta forma me sentí relajada… pero no por mucho tiempo.

Se me acerco continuamos platicando por un rato como si nada, a pesar de estar desnudos, y entonces de repente suena mi celular el cual estaba en el camastro y me daba pena salir de la alberca.

A – Don Raúl dese vuelta para poder ir a contestar mi cel. ande no quiero que este de mirón, si plissss.
Se dio la media vuelta y sabiendas que cuando fuera a salir iba a voltear, me salí lo más lentamente de la alberca para que deleitara con mi culo y mis curvas, y conteste mi celular, era Ernesto mi marido, y ahí estaba yo desnuda enfrente de un hombre hablando por celular con mi esposo, esa situación hizo que me encendiera.

E – ¿hola amor como estas que estás haciendo?
A – Aquí en la alberca tomando el sol un rato y extrañándote mucho, cuando vas a regresar amorcito.
Mientras hablaba con mi esposo, Don Raúl se salió de la alberca para tomar su cerveza, y cuando lo vi me quede muda, al verle el enorme trozo de carne que le colgaba de su entrepierna, y más aún al verla que aún no estaba totalmente erecta, así como la tenía fácil le llegaba al tamaño de mi marido totalmente erecta, como era posible que un vejete como él tuviera una verga tan enorme.

Me quede envilecida viendo semejante trozo de carne imaginando su tamaño totalmente erecta, de plano ya no pude coordinar palabras y muy difícilmente pude continuar platicando con Ernesto, como pude le di el cortón a mi marido y me quede viendo un rato mi cel. Cuando don Raúl me saca de mi trance…

R- ¿Angélica no vas a regresar a la alberca?
Cuando reaccione, me di cuenta que ahí estaba yo parada desnuda con mi cel en la mano, y siendo observada totalmente por don Raúl, mostrándole todo mi cuerpo y mirándolo a su antojo, me dio mucha pena deje mi cel en el camastro y me volví a aventar a la alberca, fue lo primero que se me ocurrió para que don
Raúl no me siguiera viendo.

A – Que rica está el agua.
Ahora era yo la que nadaba de un lado a otro y don Raúl me observaba mientras nadaba boca abajo levantaba mas mis nalgas para que las pudiera ver, en verdad me sentía libre nunca había nadado desnuda y mucho menos enfrente de un hombre desconocido.

Don Raúl se posó en uno de los escalones de la alberca y el muy cabron se empezó a sobar su enorme verga, y cada que volteaba, la veía más grande y gruesa, estaba sorprendida nunca había visto una verga tan enorme y gruesa, él pudo notar mi asombro, a lo cual se atrevió a preguntar.

R – Esta grande verdad, nunca habías visto una así verdad…
Yo solo le respondí con un. aja.

R – apuesto que tu marido no tiene ni la mitad de esto.
A – mmmm tal vez.
R – No te gustaría tocarla.
A – Recuerde que soy una mujer recién casada y decente, mmmmmm pero….
Seguí nadando de un lado a otro mientras veía como se masturbaba ese viejo cabrón, pero lo que, si era verdad, que sobresalía su enorme tronco, grueso, lleno de venas y con una cabezota, cada brazada en la alberca pensaba si esa enorme tranca entraría en mí, era verdad lo que decía de mi marido, con trabajos le llegaba a la mitad y además era muy delgada….

Empecé a sentirme muy nerviosa y muy extraña, no podía negar las enorme ganas que tenia de que se hombre feo con su vergota me hiciera suya, pero soy una ama de casa recién casada y amo a mi esposo me lo repetía una y otra vez pero no dejaba de ver el monstruo que tenía don Raúl entre sus piernas, no sé cómo poco a poco cuando nadaba de lado a lado me fui acercando a don Raúl hasta llegar a la escaleras junto a el, seguía hipnotizada y no quitaba la mirada de tan enorme trozo de carne, me quede unos segundo observándola más cuando don Raúl me saco de mi trance.

R – Angélica veo que te gusto mi Verga.
A – Es que no sé, es muy grande y gorda y esas venas, ¿no le duele?
R – ¿Porque debería de dolerme?
R- ¿Quieres tocarla?
Entonces tomo una de mis manos y la puso en su enorme verga, no la pude abarcar con una sola mano, era muy gruesa, como el rollo de cartón de un rollo de papel como 5 o 6 cms de ancho creo, no soy muy buena para las medidas, pero lo que si era verdad con mis manitas no podía abarcarla toda, al primer tacto sentí lo dura y caliente que estaba, poco a poco moví mis manos y no lo podía creer que estuviera tocando una verga de alguien que no era la de mi marido pero a diferencia esta le doblaba de tamaño y grosor y además estaba durísima como un tronco.

Así estuve unos minutos sobando esa enorme verga, esa venas que casi explotaban las podía sentir con mi manita, creo le creció y se puso más dura.

A – Don Raúl en verdad tiene una verga muy grande, que dura la tiene, a poco así la tiene por mí.
R – Tu qué crees chiquita, desde que te vi la primera vez y te vi esas piernotas y esas nalgotas, me dije, a como dé lugar esas piernas estarán un día en mis hombros y ese culito redondito será mío.
No sé al escuchar esas palabras y con la seguridad que lo decía, moví más rápido mis manos, y de mi salieron las palabras que nunca creí poder decirle a un tipo como este.

Don Raúl, no sé lo que valla a pensar de mí, y espero sea un caballero, y sepa guardar un secreto, ya usted sabe que no tengo mucho que me case, por lo que soy prácticamente recién casada, y al tener esta vergota en mis manos, quisiera usted, aprovechar que mi marido no está, ¿y hacerme su mujer?

R – En verdad quieres Angélica, porque si es así serás mi putita y te cogeré cuando se me antoje….
Me dijo lo anterior mientras me empezó a tocar mis piernas de arriba abajo.

R – que pinches piernotas tienes Angélica mira nada más, y que culo tienes, mmmm en verdad está muy firme y duro, no sé cómo el inútil de tu marido no te da verga diario
A – La verdad le confieso, la tiene muy chiquita, y muchas veces me deja a medias.
R – Ya verás Angélica te encantara cabalgar mi verga, pedirás más y más, y voy a estrenar tu culito.
Entonces sin pensarlo metí o más bien trate de meterme ese enorme tronco a mi boca, como pude poco a poco chupe, lamí y mordisquee esa verga tan grande y dura, con mi lengua podía sentir, esas venas que casi reventaban, pero lo que no podía creer lo dura que sentía esa verga en mi boca, que vitalidad tenía ese viejo.
Así estuve como 10 minutos, cuando me dice.

R – Espera un poco putita que no quiero terminar aun, quiero darte mucha verga.
Me tomo de mis nalgas y me saco de la alberca y me sentó en una orilla y empezó a besar mis piernas, las levanto un poco y metió su lengua en mi rajita y comenzó a succionar chupar, lamer a darme el mejor oral que había recibido en mi vida, no tarde mucho en tener mi primer gran orgasmo y claro don Raúl se dio cuenta.

R – Disfruta Angy tu primer orgasmo con un verdadero macho.
Siguió chupándome tan rico que instantes después me vine en mi segundo orgasmo, no podía creerlo que en tan poco tiempo haya disfrutado tanto mucha más que todo el tiempo con mi marido, este viejo feo si sabía cómo utilizar su lengua, no aguantaba tanto placer, y como pude le dije a Don Raúl.

A – Cójame ya, no sea malito y métame ya esa vergota, la quiero dentro de mí.
Me levante me metí a la alberca me acerque a Don Raúl, lo rodeo con mi brazo y con la otra mano tome su enorme verga la puse a la entrada de mi vagina e intente sentarme en ella aprovechando que estaba dentro de la alberca pero fue inútil la cabezota de esa enorme verga no podía entrar en mi estrecha vagina a pesar de estar súper húmeda.

Don Raúl me tomo de mis nalgas puso su verga en mi vagina y me levanto varias veces, yo sentía como ese intruso quería meterse en mi hoyito estrecho, y de repente sentí como su cabezota empezó a abrirse paso en mi intimidad, pude sentir en cada movimiento entraba un poco más, yo me aferraba al cuello de ese viejo que con su enorme verga iba penetrando poco a poco.

Yo sentía que no entraba, me estaba partiendo, sentía como ese tronco de carne se abría paso centímetro a centímetro en mi estrecha intimidad podía sentir como me habría más y más, .

A – Don Raúl la tiene muy grande me está partiendo, me duele mucho.
R – Calma mi reina pronto te la comerás toda, y veras como te va gustar gritaras como toda una puta.
A – Don Raúl sáquela me duelo mucho, está muy gruesa, ayy me duele.
Era mucho mi dolor que lo único que se me ocurrió hacer era besar a ese viejo feo para ahogar mis gritos y mi dolor, Don Raúl empezó a jugar con su lengua dentro de mi boca, para mí era muy extraño sentir una lengua como queriendo devorar la mía, bese y bese a don Raúl lo que mitigo mi dolor y empecé a disfrutar de su lengua dentro de mi boca, mm que rico.

A – Hay don Raúl además de tener una vergota que rico me besa, mi marido no me besa así. ¿Ya entro toda?
R – No mi nalgona aun no, apenas te comiste la mitad.
Increíble no podía creerlo sentía que me desmayaba y apenas me había comido la mitad, siguió sus embestidas y por fin, logre comerme toda esa monstruosa verga, ahí estaba yo en la alberca colgada del cuello con un desconocido un viejo gordo y feo, pero bien ensartada, estaba inmóvil…

R – Mi reina por fin te comiste toda mi verga, esperemos un poco para que te acostumbres a mi verga.
Y poco a poco empecé a subir y bajar, por ese enorme mástil, el estar en la alberca ayudaba mucho, subía y bajaba y sentía como salía y entraba ese tronco ardiente, cada que entraba sentía como un yerno caliente que me partía, después de unos minutos, el dolor desapareció totalmente mi pequeña intimidad había aceptado a tan enorme intruso, y wuuuaaaoooo que placer sentía, don Raúl empezó a cogerme cada vez más duro, mientras me cogía, disfrutaba de mis bubis.

R – Angélica que ricas nalgas tienes y que chichotas, te las voy a comer muy rico….
A – Raúl que rica verga tienes amor, que grande y que gruesa, me llenas toda, me vuelves looocaaaaaa… Ayyyyy..
No tarde mucho en tener mi tercer orgasmo esta vez con toda la verga de Don Raúl dentro de mí, mis gritos se escuchaban por todo el jardín, no sé si mis vecinas escucharían mis gritos, pero que cogida estaba recibiendo de mi inquilino,

R – Que rica estas Angélica, te voy a coger y dar toda la verga que te falta y que el inútil de tu marido no te da, te voy a coger a mi antojo, desde hoy serás mi putita preferida y te daré verga cuando quiera.
Yo solo afirme con la cabeza y con un beso que sí.

Nos arrimamos a los escalones de la alberca y me puse en posición de cuatro de perrito, levante y moví mi culo, y le dije.

A – Anda Papito rico dame más verga siiiiii.
R – Que putita me resultaste, pero me gusta que sea mi putita. Déjame disfrutar de tu culo que redondito, grande y duro lo tienes mamacita, se ve que le falta mucha verga.
A – Anda dame más verga quiero me claves tu vergota anda ven a disfrutar de esta recién casada.
Se acercó me tomo de la cintura y de un solo movimiento me metió su enorme verga y me penetro muy duro, solo escuchaba el plop, plop de sus huevotes chocando con mis nalgotas.

A – Hay que rica verga don Raúl, cójame más duro ……
Don Raúl está disfrutando de su recién casada dándole verga a su antojo, después de un largo rato me empezó a dar más duro y pude sentir como su verga se hizo más grande, por lo que anunciaba su próxima venida.

R – Hay Angélica siento que ya voy a terminar donde quieres mi leche perrita.
A – termina dentro de mi quiero sentir la leche de un gran macho…… termina dentro de mi plis….
No duro más de un minuto cuando empecé a explotar en otro orgasmo y pude sentir a la vez un son fin de poderos chorros dentro de mí, caliente y abundante, su semen lo sentía en mis piernas, que barbaridad, este viejo sí que tenía leche…….. terminamos exhaustos, el viejo seguía tocando todo mi cuerpo sobre todo mis piernas y mis nalgas, no se cansaba de decirme que le encantaban.

Esa tarde me siguió cogiendo a su antojo, y por supuesto durmió en mi cama, bueno eso de dormir, fue un decir porque obvio me siguió cogiendo toda la noche, esa tarde y noche tuve de orgasmos que perdí la cuenta.

Y mi marido apenas tenía unos días fuera de la ciudad, y le faltaban dos semanas para regresar, en esas dos semanas, Don Raúl me cogió todos los días y todo el día, lo hicimos en mi cama, en la sala, en el comedor, las escaleras en el baño, bueno en todas partes, esas dos semana no salí casi de casa y cuando estaba en casa estaba desnuda así le gustaba a mi macho así que solo bastaba un rosón y me volvía a coger.

No sé cómo este viejo tenía tanta resistencia y tanta energía, no paraba de cogerme y cogerme……. y estarán pensando si me cogió por el culo, claro me hizo adicta a su verga en mi culito estrecho pero esa historia se las cuento muy pronto.
PIELKANELA


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Después de cogermela en secreto, mi mujer me propuso a mi suegra:
Relato erótico enviado por Investigador el 14 de February de 2006 a las 09:24:31 - Relato porno leído 312091 veces
Me coji a Sol la mujer de mi primo, ella tiene 33 años y yo 22, por fin hice realidad mi sueño de follarla en mi propia casa.
Relato erótico enviado por Anonymous el 20 de September de 2012 a las 00:19:51 - Relato porno leído 302050 veces

putas casadas

Categoria: Infidelidades
Relato casi en su totalidad real que demuestra que toda mujer casada es una puta sumisa en potencia
Relato erótico enviado por morboso sadico el 29 de July de 2009 a las 18:09:16 - Relato porno leído 299793 veces
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Comentarios enviados para este relato
marioalpm (13 de May de 2023 a las 15:21) dice: me gusto el relato quizas falto un poco mas de descrippcion de tus sensciones y espero la continuacion y conocer las redes de tan buena autora


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